El bullying, también conocido como ‘acoso escolar’, es un tipo de violencia ejercida contra niños y adolescentes que puede manifestarse de forma verbal, psicológica, sexual o física.
Dentro de las razones que un acosador utiliza para justificar la violencia que ejerce, la pertenencia de la víctima al colectivo LGTB+ es una de las más frecuentes. Tener una orientación o identidad sexual disidentes puede tener represalias, especialmente cuando nos encontramos en la niñez o la adolescencia. Periodos de máxima vulnerabilidad en la vida de una persona.
El acoso escolar no es sino una manifestación más de un problema socialmente generalizado: la LGTBfobia. La intolerancia, la discriminación y el rechazo hacia las personas lesbianas, gais, bisexuales y/o trans única y exclusivamente por el mero hecho de serlo.
El acoso LGTBfóbico en cifras
Insultos, aislamiento, marginación, golpes, acoso psicológico, palizas… son solo algunas de las nefastas manifestaciones que puede tener el acoso escolar. Un fenómeno que afecta, según un informe conjunto de la FELGTB y Comisiones Obreras de 2018, a un 43% del alumnado español. Otras encuestas llevadas a cabo por la FELGTB en los últimos años elevan la cifra de prevalencia del acoso escolar LGTBfóbico hasta el 55%.
Por lo general, el tramo de edad en el que se produce un mayor acoso es en plena adolescencia, entre los 12 y los 15 años. Aunque esto no quita que existan casos de acoso desde edades muy tempranas. El tipo de violencia más común es la verbal (un 64%), seguida por la violencia física (41%), el aislamiento o rechazo (39%) y el ciberacoso (14%).
Dentro del colectivo LGTB+, los niños y adolescentes trans son los que sufren mayor violencia. Su grado de exposición al acoso es muy superior, ya que sus diferencias son más visibles, haciéndoles más vulnerables.
Las consecuencias del bullying
La niñez y la adolescencia son momentos vitales de exploración, de autodescubrimiento y de autoaceptación. El hostigamiento y la violencia sobre una persona en esta etapa de la vida resultan particularmente dañinos, ya que la orientación e identidad sexual se encuentran aún en construcción.
El acoso puede afectar de forma irremediable a la forma en que uno se autopercibe, se comporta y se visibiliza en su entorno más inmediato. La LGTBfobia interiorizada (miedo y repulsa hacia la propia orientación o identidad sexual) es uno de las consecuencias más visibles del bullying. De forma más o menos consciente, la víctima de acoso LGTBfóbico asume el autorrechazo como la única estrategia posible para escapar de los insultos y las humillaciones.
En el peor de los casos, el acoso escolar puede terminar en suicidio. Según un informe de la FELGTB de 2016, hasta un 43% de los adolescentes LGTB+ ha pensado alguna vez en acabar con su propia vida. Y lo que es más grave: un 17% de los mismos lo ha intentado alguna vez.
Cómo combatir el bullying LGTBfóbico
La estrategia primordial para acabar con el bullying pasa por incidir en la educación y la sensibilización de la sociedad, especialmente en la etapa escolar. Educar en la diversidad, la tolerancia y el respeto a todo tipo de personas, tengan la orientación o la identidad sexual que tengan. Este es un trabajo que debe comenzar en el seno de las familias, pero que debe continuar en las instituciones educativas. También debe ser apoyado desde agentes socializadores clave como los medios de comunicación y las instituciones públicas.
En Andalucía ya contamos con la una ley específica (la Ley 8/2017) que garantiza la no discriminación y la protección frente al acoso de la población LGTB+. No obstante, resulta imprescindible contar con una ley a nivel estatal que recoja estos derechos para todos los ciudadanos del país.
En Andalucía Diversidad hemos puesto en marcha, junto con El Área de Juventud del Ayuntamiento de Málaga y el Observatorio Andaluz contra LGTBfobia, la campaña “No dejes que te señalen”. Una iniciativa con la que queremos sensibilizar sobre el bullying LGBT+ durante el curso escolar 2020-2021.
Si eres testigo de alguna situación de acoso escolar LGTB+, denuncia.