En el año 2020 se celebraron en España 1092 matrimonios entre personas del mismo sexo de un total de 28327. Esto supone un 3,85% de todas las uniones civiles registradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Es evidente. Ya nadie puede (ni debe) negar la existencia de diversos modelos familiares que rompen con la estructura tradicional heteronormativa. Sin embargo, en un momento en el que se vuelven a poner en tela de juicio algunos derechos logrados por el colectivo LGTBI y con motivo del Día Internacional de la Familia, hoy más que nunca conviene visibilizar dos cuestiones. Por un lado, los diferentes modelos de familias que nos encontramos dentro de la comunidad de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales e intersexuales. Y por otra parte, un tema aún más importante: ¿Afecta realmente el desarrollo infantil en el yugo de un núcleo familiar LGTBI?
El concepto puro de familia
Primero veamos el concepto de ‘familia’. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo define como “el conjunto de personas que conviven bajo el mismo techo, organizadas en roles fijos (padre, madre, hermanos, etc.) con vínculos consanguíneos o no, con un modo de existencia económico y social comunes, con sentimientos afectivos que los unen y aglutinan”. Por su parte, Naciones Unidas considera que la familia constituye la unidad básica de la sociedad.
Dada la importancia que la comunidad internacional otorga al núcleo familiar, La Asamblea General de las Naciones proclamó el Día Internacional de la Familia el 15 de mayo de 1993. Esto sirvió para, a partir de entonces, reconocer, identificar y analizar cuestiones sociales, económicas y demográficas que determinan su desarrollo y evolución.
Tipos de familias LGTBI+
Lo cierto es que, como ya hemos visto, el concepto de familia ha evolucionado de forma notoria con el paso del tiempo. En la actualidad, la diversidad familiar presenta modelos muy diferentes, circunstancia que obviamente también se extrapola a la comunidad LGTBI+.
Los diferentes tipos de familias se constituyen por varias generaciones que conviven juntas, por el número de adultos en la familia (mono u homoparentales) o por haber sido reconstituidas a partir de parejas anteriores, sean heterosexuales, homosexuales, bisexuales, trans, intersexuales, etc.
También es importante resaltar las distintas formas en que los hijos pueden haber llegado al hogar: biológicamente, mediante adopción, por reproducción asistida con inseminación, por fertilización in vitro, por ROPA (Recepción de Ovocitos de la Pareja no gestante), mediante acogida o con gestación subrogada.
Lo que la comunidad científica dice
En cualquier caso, sea de una forma u otra el entorno familiar LGTBI+, la comunidad científica ha analizado el impacto del desarrollo infantil en niños y niñas criados en hogares con dos padres o dos madres. El resultado es categórico. No hay diferencias respecto a la salud mental ni a nivel cognitivo en personas de 25 años que han crecido en familias homoparentales. Así lo indica una investigación del The New England Journal of Medicine que ha realizado una comparación con un grupo de la misma edad que creció en parejas heterosexuales.
Otro estudio de Medical Journal Australia arrojó resultados similares con una diferencia: los hijos de familias homoparentales mostraron mayor concienciación sobre la diversidad sexual, los roles de género y los diferentes tipos de familia.
—
A pesar de estos datos, el debate sigue elevándose a grupos sociales y políticos de carácter conservador en defensa de la “familia tradicional” y, desafortunadamente, en detrimento de la igualdad de derechos del colectivo. Por ello, es vital seguir concienciando y, en esa labor, las asociaciones LGTBI+, entre otros agentes sociales, juegan un papel fundamental.
Si te ha gustado nuestro artículo, puedes suscribirte a nuestra newsletter y compartir en tu redes 👍🏻 🌈