Lejos queda ya el año 1990 cuando la homosexualidad dejó de ser considerada como enfermedad por la OMS, pero la fecha en la que este mismo organismo despatologizó el hecho de ser trans está muy cerca.
Fue en el año 2018 cuando la CIE-11 (Clasificación internacional de enfermedades, 11ª edición) ha incorporado el concepto “incongruencia de género” en el capítulo de Condiciones relativas a la salud sexual junto a otros como “disfunciones sexuales” o “transtornos con dolencias sexuales”, lo cual ha supuesto un avance importante para esta parte del colectivo LGTBI+ tan discriminado históricamente.
Mucho camino por recorrer en España
Lo cierto es que en España, ante los ojos del sistema público de salud y de la legislación, ser trans aún es visto como un trastorno, ya que se exige un diagnóstico médico de disforia de género y un tratamiento hormonal de dos años para que una persona transexual pueda cambiar su sexo en el registro.
Además de necesitar que una tercera persona acredite su identidad de género y deba someterse a pruebas y tratamientos, las personas trans padecen estigmas, desigualdad social y diversas discriminaciones que vulneran sus derechos.
Así lo ha denunciado la plataforma Trans Forma La Salut con el documental Testimonios Trans – UIG: Unidad de Identidad de Genero del Hospital Clínic de Barcelona en el que se narran muchos de los cuestionamientos sexistas y denigrantes por lo que, lamentablemente, muchas personas trans tienen que pasar en la actualidad.
Por qué es importante la ley trans en 2021
Precisamente para terminar con esa patologización de la transexualidad en España, la ‘ley trans’ se antoja necesaria para la comunidad trans.
La presidenta de la FELGTB, Uge Sangil, ha defendido que esta ley pretende acercarse a la ciudadanía. “Que nos reconozca y sepa de nuestras vidas y de nuestros testimonios para que empatice. Hay mucha ignorancia de lo que vivimos”, aclara.
Para la cantautora y mujer trans, Alicia Valtra, pertenecer a esta parte del colectivo LGTBI+ supone “ser ciudadano de segunda para muchas cuestiones como que te llamen por tu nombre, derecho a no sufrir tantas trabas administrativas y derecho a acceder a un trabajo”.
Claves de la ley
Entre otras cuestiones, la ley trans, cuya tramitación ha sido aprobada recientemente, supone el fin de las ‘tutelas sanitarias’ para certificar la identidad de género del colectivo, algo que ha sido avalado por la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP).
Además, la ley permitirá la autodeterminación de género sin hormonarse, ni presentar informes médicos que acrediten la nueva condición sexual.
Si bien es cierto que esta ley ha suscitado gran polémica entre una parte del feminismo que la considera un retroceso al poner en el primer plano el género, algo que este movimiento trata de abolir, Sangil lamenta que se ha teorizado demasiado sobre este tema “sin bajar a ver quiénes son realmente las personas trans”.
Es evidente que la ‘ley trans’ realiza un papel fundamental en este camino hacia la despatologización del colectivo, pero no el único. También es necesario un cambio en la cultura, en la educación y sobre todo, en la visibilización de esta realidad a través de diversos referentes.